Las tapas de Palma de Mallorca son pequeños bocados, llenos de sabor, que amenizan nuestros encuentros sociales y que se han convertido en un auténtico reclamo para los turistas que visitan nuestra isla.
Desde Hotels VIVA te contamos las mejores tapas que debes probar.
El origen de las tapas es incierto. Incluso hay quien dice que el término "tapa" viene del vocablo francés "étape", pues así se conocía a la comida rápida y en pequeñas porciones que se daba a las tropas militares en el siglo XVII.
La historia popular más extendida es que la tapa nació durante un viaje del rey Alfonso XIII a Cádiz. Al parecer, estando en una taberna, entró en el local arena de la calle por culpa del viento, así que el camarero decidió poner una loncha de jamón sobre la copa real para evitar que entrara suciedad en su interior.
Al monarca le gustó tanto la idea que pidió la siguiente copa "con su tapa".
Hoy en día, las tapas están extendidas por toda España. Con esta denominación, se da nombre a porciones reducidas de alimentos que se ofrecen a modo de aperitivo.
Por eso, cuando visitamos uno o más locales para comer tapas, decimos que vamos de tapeo.
La reina de las tapas de Palma de Mallorca es "el variat", algo así como "varias tapas dentro de una misma tapa".
El variat admite muchos ingredientes, sabores, temperaturas y texturas. Por eso, en un mismo plato o cazuela de barro, se combinan elaboraciones frías y calientes, como la ensaladilla rusa (imprescindible), los callos, las croquetas de porcella, los calamares a la romana, el pica-pica de sepia, la lengua con alcaparras, mariscos o pescados.
Esta tapa popular surgió con el boom turístico de los años 50 y 60, y recuerda mucho a los típicos entremeses de los restaurantes de la época.
Originariamente, el variat se servía a la hora de berenar (es decir, en la franja horaria que va desde el desayuno temprano hasta el almuerzo de mediodía) y acompañado de vino o cerveza.
El tumbet es una de las especialidades de la gastronomía de Mallorca, y uno de los mejores ejemplos de la riqueza de su huerta.
Este plato es apto para veganos y vegetarianos porque se elabora exclusivamente con verduras. Sus ingredientes son berenjenas, patatas, tomates, ajos y pimiento verde, cocinados a fuego lento con sal y AOVE.
Aunque el tumbet es una guarnición clásica para carnes o pescados, servido con un poco de pan es una de las mejores tapas para probar en Palma de Mallorca.
Los caracoles son otro de los platos típicos de Mallorca, y es habitual comerlos a la hora del aperitivo, servidos en pequeñas cazuelas de barro individuales.
Los caracoles no son exclusivos de la gastronomía mallorquina: se consumen en todo el país y las formas de prepararlos varían mucho de una región a otra.
En el caso de Mallorca, los caracoles del tapeo se preparan con perejil, ajo, hinojo, hierbabuena y el toque picante de la guindilla.
¿Un consejo? Pídelos con un poco de all i oli casero para darles un toque extra de sabor.
La esqueixada de bacalao es un plato ideal para compartir cuando salimos de tapas con amigos.
Se trata de una ensalada fresca, perfecta para el verano, y cuyo ingrediente principal es el bacalao salado, servido con verduras (tomate y pimiento verde), alubias y aceitunas.
Una tapa sabrosa y sana, ¡para chuparse los dedos!
En un ránking de las mejores tapas de Palma de Mallorca no puede faltar el frito mallorquín, una de las recetas más antiguas de la isla y que, según algunas fuentes, ya se cocinaba en el siglo XIV.
El frito necesita pan para acompañar. Se elabora a fuego lento con carne de magro de cerdo o de cordero y a la que se añade alguna víscera, como el hígado.
La carne suelta un jugo en el que, después, se cocinan patatas, pimientos, guisantes, cebolleta y ajo.
En Mallorca puedes probar muchas tapas tradicionales y pinchos. El variat, el tumbet, los caracoles a la mallorquina, la esqueixada de bacalao o el frito mallorquín son solo algunos ejemplos. Para probar más, ven a visitarnos.