¿Vas a visitar Mallorca en Semana Santa?
En esta época del año, nuestra isla tiene muchas actividades que no puedes perderte: desde la Fira del Ram (empieza a principios de marzo y termina a mediados de abril), a las tradicionales procesiones, entre las que destacan los famosos "Davallaments" (descenso del Cristo de la cruz), que tienen lugar el Viernes Santo en la capital y en localidades como Pollença.
Uno de los planes más curiosos de Mallorca en Semana Santa es visitar las "casas santas".
Esta antigua tradición tiene su origen en el momento en que la Hostia Santa se deposita en una urna que recibe esta denominación (en otros lugares, las urnas se conocen como "monumento").
Algunas de las casas santas que puedes ver en Palma de Mallorca son las de Santa Eulalia, La Seu, el convento de Santa Clara, Santa Magdalena o la Iglesia de San Miguel.
Además de las tradiciones religiosas, otro elemento que define la Semana en Mallorca es la gastronomía.
Y es que, en esta época del año se hacen algunas recetas únicas.
Estas elaboraciones tradicionales son las protagonistas de las reuniones familiares y de los "Pancaritats", populares comidas y meriendas campestres que tienen lugar en enclaves emblemáticos (ermitas, santuarios, etc.) durante los días de Pascua.
La gastronomía mallorquina tiene todas las ventajas de la dieta mediterránea, una de las más completas y saludables del mundo.
Se caracteriza por el uso de productos locales como el pescado, las verduras y las hortalizas de temporada, el aceite de oliva, las frutas o el vino.
Algunos de los platos típicos de Mallorca son la Coca de Trempó (coca salada que lleva tomate, pimiento verde y cebolla), el frito mallorquín (elaborado con carne, asadura, hígado, sangre cocida de cerdo, cordero, cabrito o incluso pavo), les sopes (sopas "secas" hechas con caldo de verdura y rebanadas finas de pan moreno que sirven como espesante) o el Tumbet (cuyos ingredientes son hortalizas de temporada como berenjenas, patatas, pimientos rojos y tomates, y que sirve como acompañamiento para carnes o pescados).
Durante la Semana Santa, las cocinas de la isla se llenan de sabores y aromas totalmente diferentes.
Por ejemplo, como en la Cuaresma tradicionalmente no se comía carne, en los días previos a estas fechas las mesas de los mallorquines se llenaban de recetas elaboradas con pescados (sobre todo el bacalao) y verduras.
Una de las comidas típicas de Mallorca en Semana Santa son las pastas saladas, entre las que destacan las Panades.
Les Panades son empanadas rellenas tradicionalmente de carne de cordero y guisantes.
Actualmente hay diferentes variedades de panades, las que se suelen encontrar en hornos y panaderías son las de carne de cerdo, carne de cerdo y guisantes, pollo, pollo y guisantes, guisantes, y las de pescado (panades de mussola).
Su masa es muy simple, se elabora con harina, aceite y agua.
¿Otra idea para disfrutar de la gastronomía durante tus vacaciones de Semana Santa en Mallorca?
Hacer una degustación de Llonguets, un tipo de pan combinado con ingredientes tradicionales de la isla, como el queso, los embutidos o la sobrasada.
En las recetas tradicionales de la Semana Santa mallorquina no pueden faltar los dulces.
Los más famosos son los Robiols (o rubiols), unas pequeñas pastas con forma de luna rellenas de deliciosas mermeladas, chocolates, cabello de ángel, crema y hasta de requesón.
La masa se hace con una mezcla de harina, azúcar, manteca de cerdo, aceite, huevos, y zumo de naranja.
Si quieres probar los Rubiols más tradicionales, te sugerimos que pidas los de mermelada de albaricoque.
No es algo casual: durante la primavera maduran muchas frutas de temporada, entre ellas el albaricoque.
Otro dulce típico en Mallorca durante la Semana Santa son los Crespells, se elaboran con la misma masa que los Robiols y son unas pequeñas galletas.
Suelen tener forma de estrellas, flores, corazones o lunas, y se sirven espolvoreados con azúcar glas.
Si estás en Mallorca en Semana Santa, también te recomendamos probar los helados artesanos de albaricoque de Ca’n Joan de s’Aigo, en Palma, famoso por su sabor refrescante, único y especial.
Una última tradición de la gastronomía mallorquina en Semana Santa son los Confits de Caperutxa, grandes caramelos de anís con una almendra en su interior.
Las pastelerías de la isla los venden en estas fechas en diferentes tamaños y colores, y suelen ser un dulce que se regala a los niños antes de la Pascua.