La coca de patata de Valldemossa es una de las elaboraciones típicas de nuestra isla y tiene su origen en la localidad homónima, situada en pleno corazón de la Sierra de la Tramuntana.
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Según la tradición, este hermoso pueblo de calles estrechas y empinadas fue fundado por un noble árabe llamado Mussa. Este creó una pequeña alquería a la que dio su nombre (Valldemossa quiere decir, literalmente, "el valle de Mussa").
De Valldemossa llama la atención su frondosa vegetación, que se confunde entre las fachadas de piedra. Además, una de las peculiaridades de este pueblo es que muchas de las ventanas y puertas de sus casas están pintadas de color verde.
Otro de los atractivos del municipio es su cartuja, levantada sobre un antiguo palacio que fue lugar de residencia del rey Sancho I de Mallorca en el siglo XV.
Hasta ella se desplazaron muchos artistas en busca de retiro e inspiración. Entre los nombres más relevantes asociados con esta cartuja están Chopin, quien compuso sus Preludios OP. 28 en la celda número 4, y George Sand, quien escribió allí su novela "Un invierno en Mallorca".
También pasaron temporadas en Valldemossa Rubén Darío, Azorín, Miguel de Unamuno, Santiago Rusiñol o Jorge Luis Borges.
Respecto a la coca de patata, es un bollito dulce, muy ligero y de textura esponjosa, que suele acompañarse de horchata de almendras o de helado en verano, y de chocolate caliente en invierno.
Lo más curioso de esta receta es la incorporación de la patata cocida, que aporta una jugosidad única a la masa, pero que no se nota al paladar.
Por lo demás, se trata de una elaboración con ingredientes bastante habituales como huevos, azúcar, mantequilla, levadura o harina.
Si vienes a Mallorca y te instalas en uno de los hoteles de nuestra cadena, es posible que quieras hacer excursiones para conocer el encanto de la isla. Y si visitas la Sierra de la Tramuntana, Valldemossa es una de las paradas obligatorias.
En Valldemossa existen varios obradores y hornos donde puedes probar (o comprar) la famosa coca de patata.
El más popular es Ca'n Molinas, un establecimiento con más de 100 años de historia (se inauguró en 1920). Este conserva desde hace un siglo el mismo horno de leña y baldosas de adobe, así como la misma máquina para amasar su famosa coca.
Este ambiente centenario es uno de los motivos por los que el director de cine Benito Zambrano decidió rodar allí su película “Pan de limón con semillas de amapola”. En ella dos hermanas que fueron separadas en su adolescencia se reencuentran para vender una panadería que han heredado en un pequeño pueblo mallorquín.
En Ca'n Molinas también se mantiene intacta la que dicen es la receta original de la coca de patata. Prueba de ello es que en su obrador se elaboran unas 20 o 30 docenas de cocas de patata entre semana, cifra que se multiplica por cinco los fines de semana y en temporada alta, cuando la población se llena de turistas.
Aunque antiguamente se hacían cocas más grandes que se cortaban en porciones, debido al aumento de la demanda se optó por hacerlas individuales, mucho más cómodas para su consumo y venta.
Puedes degustar las cocas de patata típicas en el interior de su establecimiento o en su terraza. Y si te gusta el dulce, también puedes probar otros productos tradicionales como la coca de anís, los mantecados, el gató de almendras o avellanas, los robiols, las empanadas de carne dulce, los buñuelos, las ensaimadas y algunas "variedades" de la coca de patata.